viernes, 11 de abril de 2008

respuestas rimadas, adolescencias

Más que del lenguaje infantil, estos fenómenos lingüísticos son típicos de la edad del pavo. Por eso muchos de ellos hacen referencia a las partes de la anatomía humana que más intrigan a esa edad.


  1. El bromista elige al más primo, y le fuerza a decir una palabra determinada, para luego espetarle el ripio: -Oye, esto..., ¿cómo se dice, que se me ha ido? ¿Cómo se dice eso que se abre en el tejado para que entre la luz? Lo tengo en la punta de la lengua: clara..., clara... Y el pardillo elegido va y responde : -Claraboya. Y ya está: eso que rima con claraboya.

  2. -¿Sabes lo que te digo? Y el interlocutor responde, haciendo caer sobre su ingenuo interlocutor toda la dimensión de la estupidez semántica de semejante pregunta: -Que una pera no es un higo. Lo que se dice un verdadero cortocircuito fático. Hay más: -¿Sabes una cosa? / -Que si es casada ya no es moza

  3. Y aquí un ejemplo de broma sin gracia del tipico graciosillo de turno: El alma cándida protagonista comete el error de invitar al otro a casa, y le dice: -¡Anda, vente! Y el otro responde: -30, 40, 50...
  4. -¿Eres poeta? Se espera que el interlocutor diga que no para continuar:-Pues súbete la bragueta

  5. El más gallito del grupo fuerza con preguntas evidentes a su ingenuo interlocutor a que responda "cinco", ¡y ya está!, automáticamente la burla y la respuesta, que a su vez puede originar una nueva serie de ricos intercambios (... y a tu madre me la trinco... ... y en tu chepa salto y brinco... ). Éste fósil lingüístico (de los muchos que quedan de épocas pasadas, donde la represión toleraba y generaba estos exabruptos) es uno de los más exitosos, y uno de los pocos que se ha adaptado con éxito a las nuevas tecnologías.

En otro sitio ya hemos recogido alguna muestra de este fenómento en el lenguaje publicitario que ha pasado a la cultura popular: -¿Qué tal? / -Muy bien, con okal ,-¿Qué dices? /-Que te fagorices.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, te dejo un tema que me estuvo interesando un tiempo. Son esas frases que hacen rimas con nombres propios como:
Qué nivel, Maribel; Te jodes como Herodes; OK, Mckey; en fin, Pilarín; dónde va la gente, donde va Vicente (o viceversa).
Hay muchas más...
Ha sido un placer pasear por aquí.

Teresa de Santos dijo...

Gracias, Pepita: tu comentario me ha servido para completar y dar forma a una entrada que dormía desde hace tiempo en el Borrador.