domingo, 20 de mayo de 2007

La lengua y la prueba del algodón

Por la lengua, y ahora más que nunca, también pasan las modas. La lengua siempre ha sido cultura, pero, sobre todo, cultura popular. No es pequeña la huella que en ella han dejado ciertos escritores, que han rescatado o inventado palabras que ahora usamos todos como usamos las demás, o que han modelado frases o sentencias que la gente repite sin que le importe el origen. Eso es verdad. Pero, desde los años 60 del siglo XX, la huella de la Cultura en la lengua es nada frente a la huella de la cultura. Las canciones, las series, las películas y, sobre todo, la publicidad, van añadiendo expresiones y valores a la lengua de todos los días. En algunos casos, se trata de modas pasajeras (“-¿Qué dices?” oíamos “-¡Que te fagorices!”, respondíamos inmediatamente hace muchos años los niños de mi generación -la primera generación que tuvo tele en su infancia-, porque eso decía un anuncio de electrodomésticos FAGOR; pero ya lo hemos olvidado); en otros casos, permanecen en el modo de hablar de una generación (“-¿Qué tal?”, nos preguntan “-Muy bien, con Okal”, respondemos; o, cuando algo nos sorprende negativamente, decimos: “Desde luego... Corberó”). Otras expresiones han pasado ya a la lengua más común: “-¿Es nuevo? –No, lavado con Perlán”, que también se oye por aquí. Voy a hacer una selección de aquellas frases hechas que pueden hoy oírse en el español peninsular y que nacieron de eslóganes publicitarios. El sueño de cualquier publicista: pasar a la lengua.
  1. Spain is different´(pronunciado “espein is diferen”).
    Fue el eslogan del Ministerio de Información y Turismo del tardofranquismo (años 60 y primeros 70), y con él se pretendía promocionar España como destino para las vacaciones. Ya se sabe: flamenco, toros, sol, playa..., pero también política. La seguimos diciendo por guasa, sobre todo cuando queremos criticar a nuestro país.
  2. Qué bien, qué bien, hoy comemos con Isabel
    Esta frase es un automatismo que viene a nuestros labios cuando oímos o decimos “¡Qué bien!”. Nació del anuncio televisivo de los 60, que invitaba a comer atún en familia.
  3. Hoy me siento Flex
    Es la mayor de las felicidades: me siento muy bien, estoy en plena forma, afronto la vida con optimismo... Todo porque he dormido bien, en mi colchón Flex.
  4. A mí plin, yo duermo en Pikolín
    “Pues si hoy tú te sientes Flex, a mí plin, que duermo en Pikolín”, podría ser el inicio de una guerra comercial entre las dos marcas de colchones. La frase “a mí, plin” existía antes del colchón, con el significado de “no me importa, me resbala”. La rima es muy importante en un eslogan, y una garantía de que sea memorizado y la marca pase así a las mentes de los posibles compradores. Por eso, aunque la marca ya no utiliza este eslogan –que podría pasar, como eslogan, por simple y anticuado- lo seguimos utilizando algunos para enfatizar que algo no nos importa.
  5. Vuelve a casa por Navidad
    Un clásico de los eslóganes; el que inevitablemente todos empleamos varias veces a partir de diciembre y hasta enero: “¿Qué? ¿A casa por Navidad?” nos preguntamos unos a otros, cuando vemos al que durante el año no está, o cuando queremos saber cuáles son los planes de nuestro compañero de trabajo.
  6. Ya es primavera en el Corte Inglés
    Otro clásico de la rueda del año publicitaria. Se empieza a oír ya a finales de febrero, cuando por fin acaban las rebajas, con la primera floración de los almendros, cuando se nota que los días empiezan a ser un poco más largos y el aire a veces huele distinto; llega con las primeras alergias, cuando las madres empiezan a pensar en organizar los armarios.
  7. Cuerpos Danone
    En los años 70 el culto al cuerpo alcanzó a las masas. El mito de la juventud y el cuerpo perfecto, con el desarrollo del país y el acceso a la cultura y al tiempo libre, llegó a todas las capas sociales. Era la primera vez también que la belleza del cuerpo masculino se utilizaba como señuelo publicitario.
  8. Es que la has probado poco
    Aprenda a amar la tónica. Es lo que decía en los 80 Bernard Lecoq, un actor francés de cara simpática, que protagonizaba una serie de anuncios de la marca Schweppes, intentando que todo el mundo –sobre todo, chicas rubias- le diera una segunda oportunidad a su paladar, y probase de nuevo la amarga tónica. Ahora lo aplicamos a todo aquello que no es fácil, que no entra a la primera, que nos ha costado disfrutar.
  9. Rexona, el desodorante que no te abandona
    Preguntar o afirmar que a alguien le ha abandonado su desodorante, no sólo hace referencia a su transpiración excesiva; puede aplicarse con un valor figurado: a alguien que se ha quedado solo, a alguien que ha cometido un error, a alguien que ha tenido mala suerte...
  10. La prueba del algodón. El algodón no engaña
    El mayordomo vestido de mayordomo, con el poquito de algodón entre los dedos, mostrando a la nueva empleada los restos de suciedad, se hizo famoso durante muchos años. Y esas dos frases han pasado al acervo popular, para aplicarlas cada vez que se necesita comprobar algo que no es evidente.
  11. Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo
    Durante unos años, este eslogan, que revolucionó el mundo del márquetin televisivo en España, estuvo muy vigente en la lengua popular; incluso hoy puede oírse para ponderar la calidad de algún producto o servicio, a veces reducido a los dos primeros imperativos: “Busque, compare”
  12. Y duran, y duran, y duran
    Nació de un anuncio de pilas que llevaba un conejito que no paraba nunca, en medio de un ejército de conejitos agotados. No sólo ha pasado a la lengua literalmente, sino que ha dejado también la estructura, aunque cambie el verbo: “Y siguen, y siguen, y siguen...”, para encarecer la pesadez de algo o de alguien, que persiste en su empeño frente a cualquier cosa.
  13. Yo también sufro en silencio
    En los 90, una señora confesaba públicamente que ella también sufría en silencio las hemorroides. Desde ese momento y hasta hoy, todos comenzamos a confesar públicamente nuestros sufrimientos, que dejaron de ser silenciosos: una búsqueda en Google con “yo también sufro en silencio”, conservando las comillas, dará una idea de la cantidad de cosas que se pueden sufrir.
  14. Póntelo, pónselo
    Símbolo de toda una generación, este eslogan de la campaña institucional de 1987 contra el SIDA, provocó toda una convulsión en la sociedad española de finales de los 80, años de la famosa “movida”. Sólo muy poco antes había aparecido el primer anuncio de preservativos, y era la primera en que aparecía claramente la imagen de uno. Nuestras abuelas no lo podían creer. Cada vez se oye menos ya.

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