martes, 22 de mayo de 2007

Fauna ibérica

Dicen que la fauna ibérica es muy rica, que en tiempos de los romanos la península era un gran bosque que una ardilla podía recorrer de árbol en árbol y sin bajar a tierra. La verdad es que muy pronto dejó de ser así, pero no por ello los animales, domésticos o salvajes, dejaron de percibirse como algo familiar y presente. Éstos que aparecen aquí son endémicos de la lengua española, y difícilmente se podrá encontrar un equivalente literal en otras. Son tantos que esta página es sólo una primera selección, con las expresiones más comunes que se inspiran en los animales también más cercanos. Hemos eliminado aquellos que se basan en analogías muy evidentes (cobarde como una gallina, astuto como un zorro, gordo como una vaca, fuerte como un toro, etc.) y hemos escogido algunos de los más curiosos o sorprendentes, dentro siempre de los más comunes en el corral de la lengua.
  1. BURRO Más perdido que un burro en un garaje
    Se dice cuando alguien se siente fuera de lugar y un poco torpe, y quizás también fuera de su tiempo.
  2. CABRA Estar como un cabra
    Las cabras son animales de habilidad pasmosa, capaces de escalar, trepar y hacer números de circo, pero de comportamiento impredecible. Por eso, cuando alguien hace cosas poco normales, sin lógica y de forma un tanto alborotada, decimos que “está como una cabra”; si la cosa llega a mayores, se puede decir: “Está como una cabra loca”.
  3. GATO Buscarle tres pies al gato
    Se dice cuando alguien, con un exceso de suspicacia, pretende ver oscuras o inconfesables motivaciones donde no las hay. Por qué tres y no cinco, que sería lo lógico hablando de gatos y de pies, es un misterio que la ciencia aún no ha resuelto.
  4. LIEBRE Donde menos se espera salta la liebre
    Animal esquivo donde los haya, la liebre aparece y, sobre todo, desaparece a su antojo de la vista de los que caminan por el campo, incluidos los cazadores. Por eso, aunque sólo sea para verla, hay que aprovechar ese fugaz golpe de fortuna. Esta frase la dice aquel que es optimista por naturaleza, pero se puede usar también para consolar a alguien que ha tenido últimamente una mala racha.
  5. MOCHUELO Cada mochuelo, a su olivo
    Cuando después de una reunión o una fiesta la gente se despide y cada uno se va a su casa, se dice que “cada mochuelo, a su olivo”. Parece ser que, al menos según nuestra lengua, el mochuelo es un animal solitario, porque si la gente se va en parejas, se cambia de animal, y se dice:
  6. OVEJA Cada oveja con su pareja
    Este dicho no sólo se emplea para las despedidas intempestivas y multitudinarias, sino, sobre todo, para significar que las personas eligen compañía buscando su semejante.
  7. MOSCA Ser una mosquita muerta
    Las moscas son pertinaces e inteligentes y, además de molestar y esquivar como nadie golpes y manotadas, saben simular su muerte. Uno ve una mosca patas arriba y piensa que está muerta y ha dejado de molestar; sin embargo, la mosquita muerta resucita y vuelve a la carga. Se dice de las personas que parecen inofensivas y simples y no lo son en absoluto.
  8. PERRO Más raro que un perro verde
    Hay perros de todos los tamaños, pero no de todos los colores; un perro verde es un animal que el ojo humano no ha contemplado todavía. Por eso este dicho se aplica para encarecer las rarezas y peculiaridades de las personas, que nos las hacen incomprensibles.
  9. PIOJO Más raro que un piojo bizco
    El piojo bizco es el compañero de juerga del perro verde.
  10. POLLO Montar el pollo
    Protestar muy airadamente; montar un escándalo. El origen de esta expresión es misterioso, y quizás se deba al “revuelo” que se forma por la dificultad de atrapar uno
  11. VACA Más pesado que una vaca en brazos
    Un modo claro de encarecer la pesadez de una persona que no para de molestarnos con sus preguntas o su sola presencia es decir de ella que es “más pesada que una vaca en brazos”. Imagínense.
  12. LOBO ¡Menos lobos, Caperucita!
    Alude al cuento conocido cuento de Caperucita y el lobo, y se dice cuando no nos creemos lo que alguien cuenta o la disculpa que nos da; también se emplea para referirse a una persona que se da más importancia de la que tiene.
  13. MONO ¿Tengo monos en la cara?
    Hay gente descarada que no tiene ningún pudor en mirar fijamente a los desconocidos. Si esto nos ocurre y ya no aguantamos más, podemos permitirnos el lujo de ser muy descorteses y decirle esta frase maleducada al maleducado que nos mira.

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